jueves, 19 de noviembre de 2009

Adal es Otro Rollo


Ayer (y parte de esta madrugada) Adal Ramones nos dejó con la cara adolorida. No nos golpeó, no. Pero en gran parte su show hizo que algún tipo de electroshock recorriera nuestros cuerpos para de un solo golpe cambiaramos cualquier malhumor o problema por risas y más risas hasta que se nos resientan los músculos de la cara y los abdominales.



El show acá en Trujillo (desde donde hoy escribo) duró poco más de 3 horas y aunque los encargados del Mall Aventura Plaza quisieron que termine un poco antes (debido a la hora, ya era de madrugada), Adal nos quiso regalar muchas bromas más y también una historia final que tiene que ver con sus sueños. Esos que trascienden y se convierten en universales, en los deseos de todas las personas que buscamos conseguir lo que nos proponemos.



La historia vale la pena publicarla es muy bonita:


Adal cuenta que de niño siempre tomaba un banquito y se ponía a esperar a la primera estrella que aparecía por una ventana de su casa para pedirle el deseo que más quería: Estar arriba de un escenario haciendo reír a mucha gente. Piensa que quizá por eso estudió Ciencias de la Comunicación.


Para poder realizar este deseo, al paso del tiempo y llegada la edad para estudiar a nivel superior decide viajar a México DF., donde así como sucede en nuestro país, se encuentran las mayores oportunidades para las carreras profesionales, pues todas las televisoras importantes se encuentran en la capital. Muy decidido coge sus maletas y enrumba, pero también siente miedo por la decisión, porque sabe que en ese camino puede conseguir lo que anhela pero la posibilidad de que no consiga nada está presente en la vida. Tiene el temor más grande en su mente, que pueda perder a sus padres que dejaba lejos. Al poco tiempo de partir su padre falleció, nunca lo vió arriba de un escenario y uno de sus miedos se había cumplido, el más grande de ellos.


Pero decidió continuar porque sabía que las posibilidades estaban dadas de esa manera y recordó un hecho anecdótico que le sucedió en el bus que lo llevó a la capital. Leyó en una revista -que le quitó al pasajero de al lado que se quedó dormido- una frase que resumía su acción:


"Lo importante no es alcanzar el sueño que se busca y que muchas veces es inalcazable, sino que el verdadero valor está en el camino que se hace para llegar a ello, en todo lo que se aprende y se vive mientras se está buscando el sueño..."



Y se despidió diciendo que no nos conocía a ninguno de los asistentes al show, que nunca en la vida nos había visto y que probablemente no nos vuelva a ver, pero que estaba seguro que él soñó alguna vez que estaría parado frente a nosotros haciéndonos reír.



Y razón no le falta. Gracias Adal. ¡Queremos monólogo!




Notas:
No dejen de ir a sus demás presentaciones (Lima y Arequipa), no se arrepentirán. La mejor inversión que puedan hacer en su salud.

Más fotos de ayer:
http://twitpic.com/photos/cae_moncadaleon


Más información:
http://www.adalramonesperu.com

http://www.twitter.com/adalramonesperu

http://www.youtube.com/adalramonesperu




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