sábado, 25 de junio de 2011

Junio dividido



Empecé junio sintiéndome dividido, lo termino por partes. Inicié junio tratando de armar un rompecabezas que cada noche era manipulado para esconderme algunas piezas.


La primera semana la pasé solo, mi familia seguía de viaje y algo confabuló para que me alejara de una chica por problemas suyos más que míos; para que las amigas con quienes conversaba se quedaran aisladas y mudas como si se hubiesen mudado a algún lugar lejano sin conexión alguna y los amigos estuvieran más ocupados en sus cosas, como nunca. ¿Eso pasa seguido? Me pregunté. Justo esos días me topé con una publicación en el facebook, tomada de un escritor brasileño conocido, la cual decía que ‘cuando uno quiere algo el universo confabula para que se logre’, solo reí burlándome de mi mala suerte, ¿acaso yo estaba conspirando en mi contra?, pensé.


Pero a medio mes si me tocó la parte difícil, me choqué con un virus raro, de esos que ahora los doctores al ver los análisis y el cuadro clínico solo atinan a decir que es algo que está en el ambiente. Me tumbó a la cama más de una semana en la cual sufrí más de la cuenta; añadir dolor de cabeza y fiebre a la enfermedad del aburrimiento es una combinación que no le deseo a nadie. No veía televisión, para qué si nunca encuentro algo interesante; no podía leer porque el dolor de cabeza me quitaba la concentración. Si no hubiese tenido uno de estos aparatitos de estos tiempos, el Blackberry, para estar en las redes sociales, hubiese muerto literalmente.


Este junio me golpeó y me golpearon. Tú, la chica a la que más esperaba en esos días de encierro, lo hiciste como con gusto y más de una vez, aduciendo que me falta algo para ser el hombre perfecto, claro, exagerando porque de esos no encontrarían ni en cuentos. Serán mis malos modales, mi poca costumbre de mostrarme cariñoso rápido tal vez, he dicho intentando ser comprensivo, aunque esta acción sea rechazada por la psicóloga, ella diría ‘no trates de echarte una culpa para explicar por qué el mundo se comporta de tal manera’. Al final golpe es golpe y no se puede aminorar tan rápido el dolor ni con analgésicos, ni con tan solo una disculpa, pero me sé levantar y no soy de los que caen en el primer round.


En junio me enteré que tú, la chica a quién le escribí unas líneas que no recuerdo pero sé que existen porque me lo has recordado varias veces, dijiste que saliste conmigo pero que no te interesé nunca, pero que te sentiste muy bien cuando te dediqué esas letras. Dijiste que me equivoqué contigo, que me adelanté en decirte que quería estar contigo. Se lo dijiste a otra chica en una conversación “secreta”, pero que sé que nunca ha tenido esa clasificación y debo ser conocido como alguien que te seguía. Sabes que todo es mentira, nunca intenté estar contigo ni te seguí. La verdad es que quise conocerte, pero sabía que no estabas tan libre como decías. Y tú fuiste quien dijo que te gustaba, yo asentí y repetí desde mi lado que también me gustabas como una reacción normal, pero eso está muy lejos de otra intención, al menos no de manera tan apresurada. Cuando vi que no podía decidí que la amistad era la mejor opción. Y es cierto, en ese momento, con más sentimientos contrarios al de querer estar contigo, escribí esas líneas. La motivación para hacerlo viene de muchas maneras y me pasa que estoy más apto para escribir cuando estoy dividido, invadido, dolido, golpeado.


Este junio no escribí algo hasta antes de hoy, en letras no, pero he intentado dibujar con acciones lo que quisiera, claro, nada para mí siempre para otras personas. No me he detenido a pesar que muchas veces durante algún minuto he cerrado los ojos y he visto pasar mi vida sin saber exactamente si eso es bueno o malo, si lo que hago por alguien será valorado y si vale la pena.


Este junio no fue fácil de pasar. Alguien, a quien quiero mucho, me preguntó ¿Y cuándo te toca a ti ser feliz? Ante tal interrogante directa lo que hago es tomar mucho aire pero no logro encontrar la respuesta. Es algo que aun no puedo saber, no en este junio que inicié dividido y termino por partes.


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