lunes, 15 de agosto de 2011

Entrevista a la poeta Clara Vasco


El festival tendrá dos poetas extranjeros que participarán intercambiando arte con peruanos y público chepenano (y de todas partes). Así como el año pasado vienen desde Argentina, aunque para ser más exactos, Clara Vasco (1967) en su biografía detalla: 'Nací en Venezuela pero pronto nos fuimos a Buenos Aires, soy argentina'. Para nosotros poetas universales.




Cae: Hola Clara, bienvenida al festival y gracias por responder la entrevista, hay muchas personas que esperan conocerte. Como para iniciar te contaré un poco de lo que recuerdo de mis años del colegio, donde la literatura no era de mis preferidas porque la manera como se impartía resultaba una aburrida práctica de memorización. Por eso mismo, aprender las poesías antiguas con sus reglas de entonación y escritura se me hacía difícil y no le ponía atención
¿Qué recuerdas de esos días?

Clara: Vengo de una familia de escritores. En mi casa era cotidiano, o relativamente común, oír hablar de poesía, de poetas, de versos, de bibliotecas. Creo que a veces en la escuela primaria me sentía como llevando el estandarte de lo raro, de lo inadecuado, sobre mis hombros, en parte por el tema de la herencia literaria tan marcada.



Cae: ¿Qué te gustó y qué no de esa enseñanza? ¿Recuerdas alguna poesía en especial de esos días?

Clara: Yendo más a tu pregunta, sí me gustaba aprender poesías de memoria, aunque tengo muy buena memoria a corto plazo, y poca a largo plazo. Esos versos de F. L. Bernárdez “lo que el árbol tiene de florido/vive de lo que tiene sepultado”, me gustaban y me daban bastante impresión, por ejemplo.

Recuerdo también el cuento “La mancha de humedad” de Juana de Ibarbourou. Me encantaba y me sentía por supuesto, identificada con esa niña que veía cosas en la mancha. Me formé una imagen sobre la apariencia física del “inglés de los huesos” de Benito Lynch, me tocaron esos personajes tan humanos. Los poemas de Alfonsina Storni, de José Martí. Por mi cuenta en la época de la secundaria leía a Bradbury, a García Márquez, a Neruda, a Baldomero Fernández Moreno, a Juan Vasco, a Francisco Madariaga, a Edgar Bayley.



Cae: ¿Desde cuándo nace la pasión por las letras y por la poesía en particular?

Clara: Bueno como te comentaba, la poesía estuvo presente siempre en mi vida. La poesía de mi abuelo, la de mi papá, la de mi tío, madre, abuela… y la poesía de otros que nos acompañaba desde los estantes de madera en todas las paredes, que creaban un paisaje y una calidez difíciles de olvidar. Lo blando y el hierro. El desamparo y la presencia.



Cae: ¿Cómo fueron tus inicios? ¿Qué recuerdas de tus primeras poesías o escritos?

Clara: A los 15 o 16 años empecé a escribir algunas cositas, que guardaba celosamente en cajones y escondites. Unos años más tarde empecé a mostrarle algunas de esas cosas a mi mamá, que me ayudaba a corregirlas, y un día vino de visita el poeta Gianni Siccardi, que daba un taller de poesía en ese tiempo, y me dijo “tenés lindas imágenes, ¿por qué no venís al taller?”. Fui durante un hermoso año a su taller de poesía en el barrio de Once, esquina Lavalle y Ecuador. Allí se asentó gran parte la comunidad judía de Buenos Aires. Así que esos sábados estaban teñidos de las patillas enormes y enruladas de los religiosos ortodoxos que iban al templo, con sus niños prolijos, las mujeres con pañuelos en la cabeza y los sombreros y kipás. Eran tardes alrededor de una mesa amplia: el mate, el café. Leíamos a esos poetas que yo había escuchado nombrar en mi casa, muchos de los cuales no había leído aún. En mi casa mi curiosidad quedaba aplastada por la contundencia de los juicios ya formados de los cuales yo no me podía desprender. Me aferraba a lo dado con una fidelidad y una obediencia alarmantes. Y en el taller, lecturas, ejercicios con listas de palabras, descubrimiento de poetas, la vivencia de compartir lo íntimo. Y la camisa negra de Gianni con su melena blanca. su bigote y su barba blancos, su sonrisa redonda y pícara, su halo de mago y misionero, la religión de la palabra, el hombre y sus espejos. Una experiencia muy bella.



Cae: ¿Cuál es tu mejor momento para escribir?

Clara: Mi mejor momento para escribir es cuando algo me asalta, puja por salir, por ser dicho. El poema puede venir llamado por algo del entorno, una persona en el subte, un sonido, una chimenea en el cielo. O por algo que empieza a querer existir y nos tironea por dentro.



Cae: ¿Tienes algún requisito o condición especial para escribir? ¿Cuál es tu inspiración para escribir?

Clara: Siempre una emoción o un estado interior es el origen de un poema. El tema es cómo se nos manifiesta, cómo hace su aparición y puesta en escena. Es como una composición musical, pero de imágenes en vez de notas, que luego se representa con el lenguaje.

La necesidad de expresar con palabras surge también cuando, de repente, veo lo conocido de un modo nuevo (todo o algo de lo que me rodea). Entonces eso nuevo pide ser dicho, ser hablado, cobrar existencia. La batalla con las palabras es ardua pues así como entramos con ellas en éxtasis, así nos dan un portazo y nos dejan sordos, opacos, callados.



Cae: ¿Tienes reglas específicas para tus poemas? ¿En qué medio escribes, un papel, una computadora, lo grabas en audio?

Clara: No tengo reglas específicas para escribir, intento evitar algunas cosas, repeticiones, la obviedad. Luego continúo ese trabajo en la corrección. Intento que el poema tenga una coherencia interna. En general escribo en papel, y luego lo paso en la computadora. O a veces en papelitos sueltos, servilletas de bar… donde hay un espacio en blanco cuando llega una imagen y hay que plasmarla.



Cae: ¿Qué sabes o qué imaginas de Chepén? ¿Qué esperas del Festival de Poesía en Chepén @Chepén?

Clara: Sé que es una ciudad pequeña en Perú, a 10 horas de Lima en micro, con bastante influencia de la cultura china. Imagino que me encantará, que disfrutaré. Del festival, espero encontrarme con otros, compartiendo la alegría y el espanto de estar vivos. Espero poder ofrecer algo a alguien.



Cae: Para terminar la entrevista y hasta que nos veamos en Chepén pronto… ¿Qué les dirías a las personas que aun no se animan a escribir o a leer poesía?

Clara: A las personas que aún no se animan a escribir o a leer poesía les diría que empezaran leyendo, por ejemplo, el poema de Almafuerte “No te des por vencido ni aún vencido…”, a Pablo Neruda, o “Espantapájaros” de Oliverio Girondo.




Gracias Clara, nos vemos en Chepén en setiembre, trae el equipaje repleto de libros e ilusiones para compartir...

No hay comentarios.: