jueves, 18 de agosto de 2011

Entrevista a poeta Gonzalo Málaga

Gonzalo Málaga (Puno, 1968) vive en Lima y como muchos de nosotros probó un poco de la enseñanza clásica de la literatura para memorizar poemas que al tiempo nos la pintó como algo aburrido. Pero también sabe que cuando está dentro de uno algo nos dice que nos debemos arriesgar, que no debemos ponerle límites. Se deja entrar a la inspiración y debemos estar preparados que, como dice bien Gonzalo, cuando la poesía golpea, lo hace fuerte.


Cae: Les he contado a los anteriores poetas que mi recuerdo del colegio sobre la enseñanza de la literatura era una aburrida práctica de memorización, lo que tal vez me hizo alejarme un bien tiempo de las letras, en especial de la poesía porque me perseguían para aprenderme poemas para declamarlos sin sentimiento ¿Qué recuerdas de esos días en tu caso Gonzalo?

Gonzalo: Concuerdo contigo, en el colegio, más que clases de literatura, me encontré con el estudio de fichas de historia de la literatura… Algo árido y aburrido, algo que hubiera sido insoportable de no haber habido al mismo tiempo la lectura de algunos de los libros de los autores “fichados”.



Cae: Y entonces, ¿cómo nace tu pasión por las letras y por la poesía en particular? ¿Cómo fueron tus inicios?

Gonzalo: Leer era algo normal en la familia. Desde que recuerdo siempre hubo algo que leer en casa. Teníamos muchos diccionarios y enciclopedias y revistas de divulgación científica. No muchos libros de literatura, por algún prejuicio de mi padre sobre ella, pero sí colecciones de revistas con artículos muy bien redactados, como los de Selecciones. Creo que de esta es de donde nace el gusto por jugar con los matices de las palabras, por probar ritmos y dosificar la claridad o ambigüedad de lo que se dice, por expresarme con las palabras exactamente necesarias. La escritura vino luego, al final de un verano en que encontré que había leído ya todo lo que me interesaba leer de entre lo que tenía a la vista en casa, y me puse a buscar algo más, algo que encontré debajo de las escaleras, en un pequeño ambiente casi siempre cerrado. Allí hallé un par de maletas y dos cajas de cartón. En una de las maletas estaba, íntegra, una colección de Mundo Nuevo, la revista que entre 1962 y 1972, desde París, publicaba artículos y cuentos y poemas y adelantos de primeros capítulos de novelas de escritores latinoamericanos que iban apareciendo por esos días. Allí, entre muchos textos, leí el primer capítulo de Tres tristes tigres de Cabrera Infante y el primer capítulo de Cien años de soledad de García Márquez, y el primero de Rayuela de Cortazar, con comentarios que me ayudaron a ver a la literatura de una forma nueva, como algo hecho por gente viva. Aquello fue como descubrir que había más colores que los que hasta entonces había conocido. A partir de allí me picó el bicho de la escritura, y empecé por la poesía. Algo tuvo que ver también el contenido de otra caja, una colección entera de Life en Español. Life era una revista eminentemente fotográfica, que contaba con muy buenos fotógrafos. Sus reportajes, fuertemente apoyados por imágenes han sido también, me parece, determinantes para buscar, literalmente (y literariamente) un punto de vista personal al momento de escribir.



Cae: ¿Cuál es tu mejor momento para escribir? ¿Qué te inspira?

Gonzalo: ¿Cuál es el mejor momento para vivir, para respirar?... Todo momento es bueno. A veces el disparador es algo que se ve o que se oye en el momento, otras veces algo que se recuerda… Aunque debo reconocer que muchas veces me siento más cómodo escribiendo poco antes de irme a dormir o inmediatamente después de haberme levantado. El trabajo de corrección puedo hacerlo en cualquier momento.



Cae: ¿Cuáles son tus reglas para escribir tus poemas?

Gonzalo: La mayoría de las veces el poema me viene solo, no lo busco sino que me encuentra, e igual, puedo empezar a trabajar un texto a partir de un marco, de una limitación auto impuesta, una forma de esforzarme por forzar el idioma, por hacerlo capaz de liberar ideas, sentidos y sensaciones dentro de uno.



Cae: ¿En qué medio escribes, un papel, una computadora, lo grabas en audio?

Gonzalo: Cuando escribo narrativa prefiero la computadora, por la facilidad para editar el texto; para la poesía, en cambio, me siento más cómodo escribiendo a mano, sobre papel.



Cae: ¿Qué imaginas de Chepén?

Gonzalo: Imagino gente acogedora. Buenas personas que aman su ciudad… Trato de ir sin muchas ideas, encontrar lo que haya que encontrar, acercarme con los sentidos abiertos.



Cae: ¿Qué esperas del Festival?

Gonzalo: Que se de esa mezcla entre poesía y gente disfrutando de la poesía.



Cae: Hay una pregunta que estoy haciendo como para finalizar, pero que para muchos leerla será para iniciar algo… ¿Qué les dirías a las personas que aun no se animan a escribir o a leer poesía?

Gonzalo: Que se dejen sorprender. Hay muchas formas de poesía, y no hay dos personas que reciban un poema de la misma manera. Es una comunicación muy personal, que no es necesario forzar. Se da cuando debe darse, es como recibir una pelota que te ha lanzado alguien, si estiras la mano vas a hacer que rebote en ella y se te escape, es mejor recibirla haciéndole un espacio dentro de uno, retrocediendo un poquito para frenar el impacto, porque la poesía, cuando golpea, golpea fuerte.

No hay comentarios.: